Extracto de publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional Tratamiento de las aguas en Chile. 1857-1951 (09/01/98) David Vásquez Vargas
Acerca de los canales artificiales de regadío, Benjamín Vicuña Mackenna relata algunos antecedentes acerca del que era considerado, en aquellos años, como una gran obra de ingeniería, el canal de San José:
«Hállase aquella obra colosal próxima a su terminación, y ha costado 30 años de trabajo (desde 1854) y 30 mil pesos en dinero, sin contar los pleitos, más duros enemigos de las obras de irrigación, en Chile, que las rocas. Conclúyese hoy día a gran costo la primera sección, que es solo de cinco leguas pero de incalculable costo, porque perfora la primera cadena intermedia de la costa (los cerros de Prado) con tres túneles, uno solo de los cuales, el de la Patagüilla, mide cerca de media legua (1500 metros) y que hoy atacan varias perforadoras Sommeiler, para llegar a Curacaví con el agua en la boca para la próxima pascua sino antes»
Más adelante comenta acerca de otro canal en construcción:
«El canal de las Mercedes, que estruja las primeras reventazones del Mapocho, es una de las obras hidráulicas de mayor importancia acometidas en la América del Sud y hace honor a sus esforzados propietarios. La merced del canal de las Mercedes es de doscientos regadores de agua, de los cuales ya se han vendido por valor de doscientos mil pesos a diversos propietarios. El agua ya no es agua, es plata; luego será oro».
Respecto a este canal de Las Mercedes, Luis Correa Vergara recuerda que por el año 1854, el entonces Presidente de la República don Manuel Montt, propietario de la hacienda Las Mercedes y don Domingo Matte Messías, dueño de la hacienda Ibacache, obtuvieron de la autoridad competente –la Municipalidad en este caso tal como lo señalaba la Ley de Municipalidades de ese año– una merced de agua para aprovechar el torrente del Mapocho. La idea era construir un canal de regadío para abastecer sus respectivas tierras y los valles de Lo Prado, Lo Bustamante y Curacaví. La bocatoma se encontraba ubicada en la zona en que el río cambiaba su nombre por el de Pudahuel, en la zona de Lo Espejo. Una vez obtenida la merced, pasarían casi 30 años hasta ver las obras en funcionamiento. Durante esos años, en 1872, ingresó como socio al proyecto el diputado por Carelmapu don José Manuel Balmaceda, también Presidente de la República pero entre 1886 y 1891.
Sobre los trabajos que esta obra implicó, señala Correa Vergara: «La empresa de la construcción del Canal de las Mercedes puede considerarse como una de las de mayor aliento realizadas por la iniciativa particular. Para que puedan apreciarse los sacrificios que su realización significó, bastará recordar que el Canal de las Mercedes, con capacidad para llevar 6.000 litros por segundo en la época de su construcción, tiene un recorrido total de 120 kilómetros, de los cuales cerca de 100 se desarrollan en faldeos de cerros; tiene además obras de arte de gran importancia: tres túneles de 300, 1200 y 1500 metros de longitud y un puente-acueducto de más de 700 metros de largo sobre el río de Puangue al llegar a Curacaví».
Suponemos que don Manuel Montt alcanzó a ver terminada semejante obra pues falleció el mismo año en que ésta concluyó: 1880.