Cuando llegaron los españoles existía un grupo de indios a orillas del río Puangue, junto al cerro llamado antiguamente Cerro de las Brujas, que esta detrás del cementerio actual. Estos indios fueron entregados en encomiendas por don Pedro de Valdivia a don Juan Bautista Pastene, como lo expresa el primer documento oficial, que inicia la historia de Curacaví en 1550 y que dice:
Por el presente encomiendo a voz, el dicho capitán Juan Bautista Pastene, los caciques llamados, Antequilira, chumavo y Catalngua, con todos los principales indios y sujetos que tienen sus tierras en la provincia de los picones el llamado Poangui, como yo los tengo en mi cabeza
(citado por don Armando de Ramón en la revista de estudios históricos N° 4 y 5). Los españoles llamaron al lugar Tambo Viejo del Puangue. Y don J. Bautista Pastene instaló allí una fábrica de frazadas y jarcias con el cáñamo y lino sembrado en las tierras que regó con acequias del Puangue. A la muerte de Pastene los temporales destruyeron estas obras de regadío y en 1583 grandes sequías hicieron emigrar a los indios a Pomaire donde poseían tierras más abundantes en agua.
El pueblo actual de Curacaví comprendía en el siglo XVII sólo dos propiedades: una que era desde el cerrito del cementerio hasta la municipalidad de hoy; y la otra que seguía desde ahí hasta el puente del Puangue. La primera la compró el señor Juan Luis Morales el año 1840 en 3.800 pesos siendo después repartida por sus herederos. Y los terrenos de los Capachos y las rosas las compran en $ 1730 el Teniente don Bernardo Escobar cuyos descendientes la fueron subdividiendo.
En el año 1767, el Obispo Manuel de Alday calculaba la población del Curato de Curacaví (que comprendía todo el Valle, y además los Rulos y Colliguay) en no más de 500 personas. Y en 1843, la población legaba a los 5000 habitantes aunque en 1874, había solamente en el pueblo 840 personas. Desde la fundación de Melipilla en 1742, Curacaví dependió de ella tanto en lo civil como en lo eclesiástico. Siguiendo unida en lo civil hasta 1927, cuando paso a depender del Departamentos de Santiago. En cambio en lo eclesiástico ya es Vice Parroquia de Melipilla en el año 1754 terminándose de construir sus edificios en 1768, en una propiedad cercana a la sede parroquial de hoy y el cementerio quedaba en la calle Isabel Riquelme al pie del cerro. Este se revenía con las grandes lluvias e inundaciones de la época cayendo entonces el agua a la acequia que servía al pueblo. Viendo esto don Juan Luis Morales, dueño de la propiedad vecina, casado con doña Jerónima Ormazábal, consiguió el traslado del cementerio al lugar que hoy ocupa en un terreno herencia de su esposa. Este comenzó a construirse en 1845, viniendo a desaparecer totalmente el antiguo con el terremoto del año 1906.
El 6 de noviembre de 1824, Curacaví pasa a ser parroquia independiente y en 1829 comienza a construirse una nueva sede parroquial en la propiedad de Don Santiago Ormazábal Escobar, frente al Hotel de Curacaví en el fundo de la Finca. El templo era una nave de adobe y tejas con el campanario de madera en el frontis, Y una capilla lateral frente al Altar mayor, para los bautizos frente a la casa parroquial que era de solo 4 piezas, había una pequeña plazuela, rodeada de álamos y cercada de alambres. Todo ello se terminó de construir en 1836 con un costo de $1954 pesos. En 1869 don Juan Guarachi dona el terreno donde se eleva el antiguo templo construido y bendecido por el cura Virginio Tabasso en 1871.
Cien años más tarde en 1971, es destruido por un terremoto. Como el pueblo creció mucho hacia la quebrada de Cuyuncaví por los loteos de los últimos años, quedando muy alejados del templo parroquial. Don Augusto Larraín, el cura de entonces construye un nuevo templo donde la I. Municipalidad tenía proyectada la futura plaza, y que fue bendecido por el Cardenal Caro el 30 de noviembre de 1958 cuatro días antes de su muerte. Curacaví está en el camino de a caballos más usado entre Valparaíso y Santiago, y había sido formado durante la dominación incásica; y ya 1553 se lo llamaba camino real. Atravesaba Casablanca, la cuesta de Zapata y Curacaví, entrando a Santiago por la calle de San Pablo. Este camino se hizo carretera entre los años 1792 y 1797 y don Bernardo OŽHiggins cambió la cuesta vieja por la de Lo Prado actual. Con la inauguración del ferrocarril Santiago Valparaíso el 14 de septiembre de 1863, Curacaví perdió mucha importancia. Tanto que el historiador don Benjamín Vicuña Mackenna decía que en 18?4 que era un caserío apagado y que no volvería por segunda vez a levantar. Pero comienza nuevamente a desarrollarse con la llegada de los automóviles. Y en 1930 el general Ibáñez hace la cuesta de Barriga y pavimenta el resto del camino, que se acortó mucho con el túnel de Zapata, comenzando 1954. Y que aún disminuirá en 25 km, más aún hecho el túnel Lo Prado. El Canal de las Mercedes, que riega todo el valle lo hizo don José Manuel Balmaceda antes de ser presidente, comenzándolo en 1854 para terminarlo 30 años después, y tiene una extensión total de 120 km, con un caudal 120 m³/s. La Escuela Parroquial fue construida por el cura don Eduardo Millas en 1885, funcionando casi sin interrupción, ha educado a gran parte de la población. Tal ha sido el origen de Curacaví sin fecha de nacimiento, al no ser fundado por las sucesivas particiones entre los herederos de los primeros propietarios existiendo ya en el siglo XVIII una población de ranchos construidos por sus dueños y por las familias que trabajaban en estas tierras, donde descansaban los viajeros de Santiago y Valparaíso. La municipalidad de Curacaví se crea el 22 de diciembre de 1891, mediante decreto ley del entonces Presidente don Jorge Montt, según consta en el Boletín de las leyes i decretos del gobierno de ese año.