El domingo 13 de Abril del 2008, KurakaMinatas (KM) (Hernán Gamboni, el güebmaster, Simoncito Barrera, Cristian Jimenez, Carlos Monasterio y Leonel Gatica) realizó una pequeña caminata de 13 KM por el cerro. Quedo rezagada Winslia quien se disculpó por su atraso y prometió una mejor coordinación para un segundo llamado. Nos demoramos una hora más de lo estimado, o sea fueron 4 horas y no 3 como pensábamos. Pero caminar en grupo tiene su gracia, tanto por las diferencias como las similitudes que se dan entre las personas. |
Agradecemos especialmente la asistencia de Hernán quien a su casi avanzada edad (esto es por cierto un elogio) no dio síntoma de cansancio y nos ilustró con historias de personas y situaciones acaecidas en Curacavi: el tipo de suelo, las crecidas del estero Puangue, el ancho (o caudal) que este estero tuvo, la construcción de un puente que duró desde el día de su inauguración hasta el día siguiente, siendo arrastrado por la fuerza del agua encauzada. |
La gracia de vivir en lo rural es poder salir a conocer los alrededores a pie y distinguir toda aquella textura que tiene la superficie; los rastros que ha ido dejando el hombre en su tránsito, la fauna y flora y todo lo que uno es capaz de descubrir, que es bastante, incluido partes de uno mismo. Sin Hernán habríamos realizado una caminata en función del tiempo y la distancia. El relato de él es lo que finalmente queda en la memoria y desde el relato es que también salen nuevos desafíos. |
Una de las cosas que buscamos fue un nido de lechuzas, si lo hubiéseos encontrado, habría sido nuestro primer descubrimiento de un santuario, pero no pudimos dar con ellas y quedó pendiente para otra ocasión. Lo que si encontramos fue numerosos piques en búsqueda de oro. |
Otra de las curiosidades que nos enseñó Hernán fue que en estos cerros crecía una Parra sobre un Quillay, incluso si hubiésemos subido un par de meses antes, habríamos podido comer uva. |
Con Hernán conocimos el fenómeno de la Radiestesia, para encontrar agua, según las pruebas, algunos tenían el «don», otro no. |
Había varios piques, unos bastante elaborados, la esperanza de encontrar oro nunca se acaba. |
La última mirada desde nuestra meta |
Si la vida lo permite, estamos matriculados para hacer una caminata en el próximo verano desde el Valle del Cuyuncavi hasta Colliguay, por el cordón de los cerros para ir a verificar (nosotros a descubrir) uno de los pocos robledales que existen en la RM si no es el único. |
atte.,
KurakaMinatas (KM)