Rosamel del valle sale de su tumba con novela inédita bajo el brazo
Escrita entre 1934 y 1940, la narración ha sido editada en un solo volumen junto a una selección de cartas del autor a Humberto Díaz-Casanueva.
Rosamel del valle fué durante décadas un poeta secreto, cuyos libros circulaban muy escasamente, pero en los úlrimos años su figura ha sido recuperada y el interés por su obra ha conseguido cosas que parecían imposibles.
A cuarentaitrés años de la muerte de su autor, se publica ahora la novela inédita Brigida o el olvido, seguida de la radiante Remington -un sustancioso apéndice de cartas al poeta Humberto Díaz-Casanueva (ver recuadro)-, todos materiales que se creían absolutamente perdidos. El libro, recién editado por Cuarto Propio, será lanzado el 7 de abril a las 19:00 horas en El Observatorio (Lastarria esquina Villavicencio).
Aunque Rosamel del Valle (1901) nombre fundamental en las vanguardias poéticas de la primera mitad del siglo veinte, cultivó practicamente todos los generos lIteranos, en vida nunca publicó una novela. Sin embarrgo, al morir en 1965 dejó cuatro obras inéditas (y se ha dicho que podrian ser seis), de las que ya habían sido publicadas dos: Eva y la fuga y Eiina aroma terrestre. De las otras sólo aparecieron algunas páginas en revistas.
Esta Brigida o el olvido sigue la línea de sus otras dos novelas conocidas: todas centradas en mujere extrañas, misteriosas, maravillosas y en ocasiones siniestras: que aparecen y desaparecen en sitios preferentemente urbanos, como el Portal Fernández Concha y el Pasaje Matte. Con atmósferas surrealistas que recuerdan a las de Nadja de André Breton y con un narrador angustiado, perseguidor de señoritas, obsesivo, medio paranoico y hiperconsciente de la extrañeza de las cosas que relata.
Escrita entre 1934 y 1940, la novela trabaja con elementos narrativos que, para la época, poodían resultar extravagantes y que ahora asociamos con la literatura fanlástica o maravillosa, no solo en cuanto a los encuentros inesperados o hechos insólitos, sino también en relación a la mirada con que el narrador trata de descifrar los enigmas que le presentan los personajes, especialmente algunas mujeres que se le van cruzando en sus paseos peaonales o en sus repentinos viajes por la memoria.
Según Leonardo Sanhueza. autor del prólogo a esta edición, ese deslumbrante universo femenino está correlacionado de manera contrastante con «la realidad chilena, en particular la realidad precaria, marginal y en ocasiones semirrural del Santiago de comienzos del siglo veinte, con prostitutas, ancianas, tías, viudas, madamas y jovencitas, todas reconocibles y ‘reales’, pese a que a menudo el poeta les sobreimpone caracteres visiblemente provenientes de la cultura literalia».
En la novela también hay lugar para el ejercicio metaliterario, tan de moda hoy, el que se realiza en frecuentes digresiones sobre asuntos peliagudos referentes a la escritura, a cargo unas veces del propio narrador y otras de personajes inesperadamente lúcidos, como cierto vagabundo que a pito de nada elabora una sugerente critica a los críticos. Dice «Soy como uno de esos personajeS que aparecen muy pocas veces en los líbros, pero que viven, andan, conversan, sufren, aunque de ellos no se den mayores detalles, como por
ejemplo, edad, color del pelo, de los ojos, empleo, enfermedades, etcétera. ¿Sabe entonces lo que pasa? Pues, que los criticos los llaman personajes sin alma, vagos, deshumanizados, etcétera. Y a los autores les echan en cara que no crean seres de carne y hueso, sino muñecos que, a lo más, monologan … Vea usted».
La radiante Remington
En la segunda parte del libro, se incluyen numerosas cartas que Rosamel del Valle escribió a su mejor amigo, eí también poeta Humberto Díaz-Casanueva, y que hasta ahora se enconntraban desaparecidas, El títulO «la radiante Remington» bajo el que están agrupadas alude a la máqUina que éste le envió de regalo para su cumpleaños numero 39.
Gracias a esas cartas, segun el prologuista, se podra «desentrañar ura de las amistades más signifilcativas en la historia de la poesía chilena».